El oro continúa su escalada y alcanza un nuevo máximo histórico de 3.004 dólares la onza
En lo que va de 2025, el metal precioso acumula una revalorización del 13,5%, según datos del mercado recopilados por Europa Press. Este avance se suma al impresionante desempeño de 2024, cuando cerró con una subida del 27%, su mejor registro desde 2010. La incertidumbre geopolítica y la evolución de las políticas monetarias han fortalecido su atractivo, en un entorno donde los inversores buscan protección ante la volatilidad de los mercados.
El metal ha encontrado nuevos catalizadores en las recientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea. Las amenazas del expresidente Donald Trump sobre la imposición de un arancel del 200% a los vinos y productos alcohólicos europeos, en respuesta a la decisión de Bruselas de aplicar un gravamen del 50% sobre el whisky estadounidense, han añadido presión a los mercados. En paralelo, las declaraciones del presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien ha puesto en duda la viabilidad de un alto al fuego en la guerra de Ucrania, han incrementado la demanda de activos considerados seguros.
El oro también ha recibido un fuerte impulso por el dato de inflación en Estados Unidos, que resultó mejor de lo esperado. Esta señal ha reforzado la expectativa de que la Reserva Federal adopte una política monetaria más flexible, lo que podría traducirse en recortes de tipos de interés en los próximos meses. Un entorno de tasas más bajas reduce el costo de oportunidad de mantener oro, favoreciendo su atractivo como inversión.
Más allá de los factores habituales que han impulsado su precio, en los últimos meses han surgido razones adicionales que refuerzan su tendencia alcista. Entre ellas destaca el aumento del flujo de importaciones de oro a Estados Unidos, un fenómeno que ha tenido impacto en las estimaciones de crecimiento económico del país. A esto se suma la escasez de oro en Londres, que ha generado incertidumbre sobre la oferta disponible en los principales mercados.
Otro elemento determinante ha sido el cambio de estrategia de los bancos centrales, que han intensificado sus compras del metal como una alternativa de resguardo frente a las fluctuaciones del sistema financiero global. Esta acumulación de reservas responde a una búsqueda de mayor autonomía y menor dependencia del dólar, lo que sugiere que en el futuro estas reservas podrían ser utilizadas con fines comerciales más allá de su almacenamiento en bóvedas.
Desde octubre de 2023, cuando el conflicto palestino-israelí volvió a tomar protagonismo tras el ataque de la milicia islamista Hamás sobre territorio israelí, la cotización del oro ha experimentado una revalorización de casi un 63%. Esta tendencia refuerza su posición como un activo esencial en tiempos de crisis, consolidando su papel como refugio en un mundo marcado por la incertidumbre. Con su reciente máximo de 3.004 dólares la onza, el oro reafirma su fortaleza y demuestra que sigue siendo un pilar clave en la estrategia de inversión global
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