Estados Unidos llega a un acuerdo comercial con la UE y proyecciones del S&P 500 para el último trimestre
- Capitaria
- 28 jul
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EE.UU. y la Unión Europea por fin logran un acuerdo comercial. Definieron una tasa base del 15% para la mayoría de productos que se exporten desde Europa al país estadounidense. Esta nueva tasa establecida aplicará especialmente a la industria automotriz. Sin duda, el mayor beneficiario de este acuerdo ha sido Estados Unidos. Eso ha hecho fortalecer su moneda y debilitar el euro.
Se proyecta un crecimiento del 9% para el S&P 500. La renta variable en EE.UU. ha registrado nuevos máximos históricos consecutivos, siendo la industria financiera y de comunicación las principales causantes de la subida del índice. Esta semana, 164 empresas dentro de este grupo de 500 compañías más grandes de Estados Unidos publicarán sus resultados del segundo trimestre.
El tipo de cambio dólar-peso chileno, muestra ligeros avances a la espera de la próxima decisión de tasa del Banco Central de Chile y la Fed. El cobre muestra una caída cercana del -3% en las operaciones del día lunes.
Las exportaciones de China podrían ser un arma de doble filo si es que no se concretan nuevos acuerdos comerciales con Estados Unidos en la reunión de esta semana en Estocolmo.
¿Qué podría significar para la Unión Europea el nuevo acuerdo comercial con EE. UU.?
El fin de semana, Donald Trump llegó a un acuerdo definitivo con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Todo indica que el riesgo de una guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea esté descartado.
Según el economista de HSBC, Chris Hare, el impacto de los aranceles que se acordaron en la reunión, podrían impactar aproximadamente en 0,4 puntos porcentuales el crecimiento económico de la UE, en comparación con los aranceles que estaban fijados antes del Día de la Liberación. También agrego que, un aspecto positivo que se destaca en este nuevo acuerdo es, un arancel menor a lo previsto para los automóviles, lo que podría reducir la incertidumbre que frena el crecimiento.
Por otro lado, el economista jefe de Deutsche Bank, Mark Wall, explicó que la promesa de la UE de invertir 600.000 millones de dólares en Estados Unidos, podría ser riesgoso en desviar fondos que podrían haberse invertido en su propia economía.
Jack Allen-Reynolds, de Capital Economics, estima que el arancel promedio del año pasado entre EE. UU. y la UE era del 1,2%, al aplicarse estos nuevos gravámenes, cree que ese porcentaje podría cambiar al 17% a las exportaciones.
Si bien el acuerdo comercial entre ambas potencias mundiales evita una guerra comercial, la probabilidad de que afecte al crecimiento económico del conjunto europeo es muy alto. Hay distintos países del conglomerado que se verán más perjudicados que otros. A continuación, veremos cuáles son.
Irlanda: principal centro de producción de fármacos. En el país se encuentran las compañías Pfizer y Bristol-Myers-Squibb.
Alemania: capital europea del sector automotriz.
Los economistas esperan que el impacto en el PIB de la UE sea de un 0,2% durante los próximos tres años, esto sin duda debilitará el impulso económico en Europa.
Aún no se sabe con total certeza sobre los acuerdos finales a los que llegaron Trump y la Unión Europea, existiendo diferencias notables en que ambas parten definen algunos aspectos claves. Se espera que hoy, lunes 28 de julio, se publique una declaración conjunta que describirá el acuerdo pactado. Hasta hoy, lo que sí sabemos es:
Una tasa base del 15%: la mayoría de los productos de la UE enfrentarán una tasa base del 15% al momento de entrar a Estados Unidos. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, argumento que la tasa se aplicaría principalmente a los automóviles, entre otros artículos.
Algunas excepciones: solo habrá un arancel del 0% algunos productos estratégicos como aeronaves y equipos semiconductores. También, se reducirán aranceles a las importaciones de productos agrícolas e industriales.
Incertidumbre para medicamentos y chips: distintas autoridades europeas creen que los aranceles se limitarán al 15%, sin embargo, Von der Leyen dijo que aún no hay certeza de cuánto será el arancel final, ya que continúan las investigaciones comerciales en EE. UU.
Tasas más altas para los metales: Trump confirmó que se mantendrán los aranceles del 50% para el acero y aluminio, pero Von der Leyen afirmó que los aranceles se reducirán con un nuevo sistema de cuotas.
Inversión en EE. UU.: como vimos anteriormente, la UE acordó invertir 600.000 millones de dólares adicionales en Estados Unidos.
La Unión Europea comprará energía estadounidense: Donald Trump aseguró que la UE comprará 750.000 millones de dólares en productos energéticos estadounidenses. Von der Leyen dijo que reemplazará el gas ruso con compras cuantiosas en GNL.
Semiconductores y armas: la UE llegó a un acuerdo para comprar una cantidad no especificada de chips de inteligencia artificial estadounidense. También, Trump dijo que comprará una cantidad no cuantificada de equipo militar.
A raíz del acuerdo pactado entre ambas potencias mundiales, el dólar se ha visto beneficiado por sobre el euro. El euro cae un 0,8%, alcanzando un mínimo de seis días de 1,1642 dólares
Proyecciones del S&P 500 para el último trimestre
La renta variable en Estados Unidos ha tenido noticias muy positivas en los últimos 3 meses y para que decir en la última semana, rompiendo el viernes un nuevo máximo histórico, el quinto de manera consecutiva. Distintos analistas proyectan ganancias superiores del 9% para el segundo trimestre.
34% de las empresas que conforman el índice ya han reportado sus ganancias de resultados del segundo semestre. De ese porcentaje, el 80% ha reportado ganancias por sobre las estimaciones previas, lo cual está por encima del promedio de 5 años que ha sido del 78%, y por encima del promedio de 10 años que ha sido 75%.
Si esa cifra del 80% se mantiene a final del trimestre, será una de las cifras más altas que reportan una positiva EPS desde lo que fue el 2023 (81%). En conjunto, las empresas están reportando ganancias 6,1% por sobre las estimaciones previas, estando por debajo del promedio de los últimos 5 años (9,1%) y de los últimos 10 años (6,9%).
En las últimas semanas, las empresas que mayo sorpresa trajeron en sus reportes financieros fueron las ligadas a los sectores de comunicación y finanzas. Dichas compañías fueron las que más contribuyeron al aumento de la tasa general de crecimiento.
Gracias a las positivas EPS de los sectores mencionados, hoy, el índice reporta mayores ganancias para el segundo trimestre en comparación el final de la semana pasada. Hoy, la tasa combinada de crecimiento de las ganancias para este trimestre del 6,4%. La semana pasada era de un 5,6% y un 4,9% al final del segundo trimestre (30 de junio).
Pero, ¿qué nos dice todo esto? Si la tasa real de crecimiento para el índice se mantiene del 6,4%, marcaría el octavo trimestre consecutivo de crecimiento interanual de las ganancias para el S&P 500. Cinco de los once sectores marcan un crecimiento interanual, liderando los sectores de comunicación, tecnológico y financiero. Sin embargo, seis de los once sectores reporten caídas interanuales de sus ganancias, liderados por el sector de energía.
Para el tercer y cuarto trimestre de 2025, los analistas anticipan una tasa de crecimiento de las ganancias del 7,6% y el 7,0% respectivamente. Para el año fiscal del 2025, se espera un crecimiento interanual del 9,6%.
Durante la próxima semana, 164 empresas del S&P 500 publicarán sus resultados del segundo trimestre.
Este miércoles 30 de julio la Fed definirá sus próximas tasas de interés
La Reserva Federal de Estados Unidos, definirá este miércoles 30 de julio, su decisión de tasas en su tercera reunión anual de política monetaria. El mercado anticipa en un 97% que las tasas se mantendrán sin cambios, en el rango 4,25-4,50. Podríamos decir que eso ya está descontado y no veríamos ningún cambio brusco el día de la reunión.
De todas formas, no hay que olvidarnos de la creciente tensión que se ha visto entre el presidente de la Fed, Jerome Powell, y Donald Trump, en donde ha reiterado en varias oportunidades su intención en despedir a Powell. El ataque en contra del presidente de la Fed ha sido en no querer bajar las tasas de interés, acusándolo en mantener los costos de préstamos demasiados altos.
A pesar de todo el "ruido" político, la Reserva Federal encaminada en seguir mirando los datos antes de mover sus piezas. Si vemos la inflación, los precios se han mantenido controlados y, aunque los aranceles impulsados por Trump aún no han impactado fuerte en los precios al consumidor, varios economistas advierten que ese efecto podría llegar más adelante. El empleo sigue creciendo, aunque a un ritmo más lento, lo que le da algo de espacio a la Fed para mantener la calma.
Eso sí, la presión política sigue subiendo. Trump no quiere que la Fed siga esperando, y todo indica que Powell estará en el centro de la escena este miércoles. Los mercados lo saben, y estarán atentos a cada palabra.
Previsiones semanales USD/CLP
La cotización del USD CLP inicia la semana con ligeros avances, apoyado por fundamentos externos y a la espera de eventos económicos relevantes.
El Dollar Index muestra un repunte desde sus últimos mínimos, tras el acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, mientras el foco de atención gira hacia la reanudación de las conversaciones entre Washington y Beijing. Este giro ha fortalecido al billete verde a nivel global, a pesar de disminuir las tensiones comerciales.
En paralelo, el precio de los futuros de cobre se ha alejado de sus máximos recientes, lo que suma presión al tipo de cambio local, considerando el peso específico del metal rojo dentro de la matriz exportadora chilena.
Durante los próximos días, el mercado estará atento a las decisiones de tasas en Estados Unidos y Chile, así como a la publicación de cifras laborales en la mayor economía del mundo, que podrían elevar la volatilidad cambiaria en el corto plazo.

- Resistencias próximas: 966,7, 970,5, 973, 976,2
- Soportes próximos: 961, 957, 953,2, 949,7
China y su dependencia en las exportaciones
La dependencia de China en sus exportaciones sin duda será un tema clave en las próximas reuniones con Estados Unidos, esta semana en Estocolmo. El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, ha dicho que espera llegar a un acuerdo definitivo sobre las exportaciones, junto con las compras de petróleo de China a Rusia e Irán.
Hay una alta expectativa de llegar a un acuerdo comercial, luego de que Donald Trump anunciara nuevos acuerdos con Japón, Indonesia y Filipinas.
Estados Unidos quiere que China haga dos cosas:
Que produzca menos en ciertas industrias, como la del acero o los autos eléctricos. Tanto EE.UU. como la Unión Europea creen que China está fabricando mucho más de lo que necesita el mercado, lo que hace que los precios bajen en todo el mundo y pone en desventaja a las empresas de otros países.
Que los chinos consuman más dentro de su propio país. Es decir, que en lugar de enfocarse tanto en vender al extranjero (exportaciones), China debería fomentar que sus ciudadanos gasten más dentro del país, para que su economía sea más equilibrada y menos dependiente del comercio exterior.
En los años 80, Estados Unidos le pidió a Japón que sus ciudadanos gastaran más, porque las exportaciones japonesas (como los autos de Toyota o los productos electrónicos de Sony) estaban afectando seriamente a la industria estadounidense. Algo parecido está pasando ahora con China.
Muchos economistas creen que China también debería cambiar su modelo económico y enfocarse más en el consumo interno, es decir, que su crecimiento dependa más de lo que compran sus propios ciudadanos. Hoy, el consumo representa menos del 40 % de la economía china, mientras que en Estados Unidos llega al 70 % y en Japón, al 54 %. Eso muestra que China aún depende demasiado de las exportaciones.
Muchos economistas creen que China debe cambiar su modelo económico y enfocarse más en el consumo de su propia gente.
¿Por qué? Porque tanta competencia y precios bajos han generado un problema llamado deflación, que es cuando los precios bajan constantemente. Y eso suena bien para el consumidor, pero en realidad puede ser muy negativo para la economía.
Cuando las empresas ganan menos por lo que venden, dejan de invertir, recortan empleos o bajan sueldos. Eso hace que la gente tenga menos dinero para gastar, lo que frena aún más la economía. Todo esto va en contra de lo que China necesita: que el consumo interno sea un motor de crecimiento económico.
Para estimular el consumo, el gobierno chino está invirtiendo muchísimo dinero en ofrecer descuentos y subsidios a quienes cambien sus autos o electrodomésticos por modelos nuevos.
Pero una cosa es reconocer el problema, y otra muy distinta es solucionarlo. Según los economistas, para que el consumo realmente aumente y se controle la sobreproducción, hacen falta cambios más profundos en la estructura económica del país, y esos cambios no se logran de un día para otro.
Además, las empresas que generan la mayoría de los empleos en China —tanto las privadas como las que tienen inversión extranjera— han sido golpeadas por la incertidumbre política y la guerra comercial, sobre todo después de la pandemia. Eso también frena la recuperación.
China está aumentando fuertemente su producción en industrias de alta tecnología, pero esto también está generando un nuevo problema: podría haber demasiada oferta, algo que ya ocurrió antes con sectores como los paneles solares o las turbinas eólicas, impulsados por subsidios del gobierno.
Algunas empresas, como las de autos eléctricos, dicen que quieren enfrentar este exceso de producción. Sin embargo, muchos gobiernos locales siguen ayudando a compañías que están perdiendo dinero porque no quieren perder empleos ni ingresos por impuestos, ni tampoco quedar mal con sus metas de crecimiento económico.
Para evitar que todas las regiones del país desarrollen las mismas industrias, el gobierno central está pidiendo una mejor coordinación, por ejemplo, en áreas como la inteligencia artificial. Pero, al mismo tiempo, muchas de las ayudas públicas siguen yendo a sectores que ya están saturados. El resultado: el consumo, en lugar de ganar peso en la economía china, ha ido perdiendo terreno.






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